Page 5 - Revista TCU No. 34. Termitas
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BIOLOGÍA 3
Biología y Comportamiento de las Termitas: Claves
para su Control
Por: TCU
Las termitas son insectos sociales altamente organizados que desempeñan un papel fundamental en los
ecosistemas al descomponer la materia orgánica. Sin embargo, en entornos urbanos y agrícolas, pueden
convertirse en una plaga destructiva al atacar estructuras de madera y cultivos. Comprender su biología y
comportamiento es clave para desarrollar estrategias de control efectivas y sostenibles.
Organización Social de una Colonia de Termitas
Las termitas viven en colonias jerárquicas estructuradas en castas especializadas que cumplen funciones
específicas:
Reproductores (Rey y Reina): Son los encargados de la reproducción y la expansión de la colonia. La
reina puede poner hasta 30,000 huevos al día y vivir hasta 25 años, lo que garantiza la continuidad de la
colonia.
Obreras: Representan la mayoría de la población de la colonia. Son responsables de buscar alimento,
excavar túneles, construir galerías y alimentar a otras castas. Pueden vivir entre 1 y 2 años.
Soldados: Defienden la colonia de depredadores como hormigas y otros insectos. Poseen mandíbulas
fuertes y en algunas especies, glándulas que segregan sustancias defensivas.
Alados (Neoténicos): Son individuos con alas que emergen en ciertas
temporadas para formar nuevas colonias. Su dispersión ocurre
principalmente en estaciones cálidas y húmedas. Tras el apareamiento,
pierden sus alas y establecen nuevas colonias.
Factores Ambientales que Favorecen su Proliferación
Las condiciones ambientales desempeñan un papel clave en el
crecimiento y propagación de las colonias de termitas. Los factores más
importantes incluyen:
Humedad: Las termitas requieren niveles elevados de humedad para
sobrevivir. Suelen encontrarse en zonas con suelos húmedos, filtraciones
de agua o materiales con alto contenido de celulosa.
Temperatura: La actividad de las termitas se intensifica en climas cálidos
y subtropicales, favoreciendo su reproducción y expansión. La
temperatura ideal para su desarrollo oscila entre los 25°C y 30°C.
Disponibilidad de alimento: Se alimentan principalmente de madera,
papel, cartón y otros materiales ricos en celulosa, lo que las convierte en
una amenaza para construcciones, cultivos y mobiliario.
Ausencia de depredadores naturales: En entornos urbanos, la falta de enemigos naturales como aves, hormigas
depredadoras y microorganismos fúngicos facilita su proliferación descontrolada.