“Los animales en la mayoría de los casos, son los más adaptables a condiciones variables locales en el que sobreviven por diferentes razones y con más capacidad para reproducirse en el mundo”.

Uno de los grupos de mamíferos más numerosos de la tierra son los roedores. Existe gran variedad de tamaños y formas, aunque la mayoría se caracteriza por tener un par de dientes incisivos en cada mandíbula, los cuales están diseñados para roer.

Generalmente son de vida nocturna aunque puede variar su actividad según los individuos y la cantidad de comida disponible. Ya que busca agua y alimentos, sobre todo, semillas y granos, aunque pueden gustar de alimentos con alto contenido de grasa, proteínas o azúcar, algunos tipos de fruta, insectos, carne de mamíferos, aves, peces, etc.

Cabe destacar que puede reproducirse en cualquier época del año, aunque prefiere hacerlo durante primavera-verano.

Daños

Tanto el ratón casero como las ratas son ampliamente conocidos en el mundo por los daños en cultivos y alimentos almacenados, en estructuras diversas y la transmisión de enfermedades al hombre y los animales domésticos. Por otra parte, es conocido el ataque a aves domésticas e incluso aves silvestres; así como heridas de consideración en corderos, cerdos y terneros recién nacidos. La construcción de cuevas debajo de edificaciones debilita los cimientos, mientras que las cuevas en diques, caminos y terraplenes provocan erosión e inundaciones. Pero uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el peligro que representan las ratas y ratones para la salud del hombre y de los animales domésticos que van desde la peste bubónica, la fiebre de Lassa, la virosis coriomeningitis, el tifus murino, la salmonellosis, la leptospirosis, solo por mencionar algunos.

Control

Los métodos más eficaces para combatir a estos animales son:

• Trampas-Método efectivo de control, que requiere de cierta habilidad y esfuerzo que otros métodos. Se recomienda en aquellas situaciones donde los cebos tóxicos no son aconsejables. Es el método preferido en casas y otras estructuras pequeñas donde haya pocos roedores. Que se reconoce por el bajo riesgo para niños y animales domésticos; la comprobación directa de resultados y elimina el problema de muerte en lugares de poco acceso. Por esta razón, los mejores lugares para colocar las trampas son las adyacencias a las paredes, las esquinas o lugares obscuros, detrás de objetos y en aquellos lugares donde se observen signos de estos animales. Una vez capturado, debe evitarse el contacto directo con el mismo utilizando guantes o alguna pinza para liberarlo de la trampa y, en la medida de lo posible, enterrar o quemar el cuerpo. Enjuagar la trampa con una solución de agua lavandina antes de volver a armarla o guardarla.
• Cebos tóxicos Los rocienticidas o cebos tóxicos son de dos tipos:

a) agudos, también conocidos como de dosis única, porque producen efectos mortales con una sola ingestión en tan solo minutos o algunas horas después de la ingestión y por su alta concentración de veneno. Aunque son un riesgo para el hombre y para los animales que no se desea combatir. Los más conocidos en el mercado son elaborados principalmente en base a arsénico y fosfuro de zinc.

b) crónicos (anticoagulantes), también denominados de dosis múltiple, porque requieren varias comidas para tener efectos mortales. Sin embargo, últimamente han aparecido tóxicos con el mismo efecto, pero de una sola ingestión. Debido a su lenta actuación, este tipo de cebos no produce rechazo en los ratones como suele suceder con el caso de los cebos agudos. Por esta razón, y porque en caso de ingestión accidental por humanos o animales domésticos existen tratamientos efectivos de recuperación, los anticoagulantes figuran entre los más seguros.

Por otra parte, existen en el mercado algunos aparatos basados en la emisión de ultrasonidos, sin embargo su efectividad es muy limitada. O bien el uso de depredadores aunque tampoco es efectivo su control. Solo en determinadas circunstancias, los gatos y/o los perros pueden ser de cierta utilidad para prevenir la reinvasión de roedores después que han sido controlados por otros métodos.