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Algunos científicos han logrado la incorporación de ciertos agentes combativos ambientalmente aceptados a la resistencia de algunos patógenos, que pueden ser problema incluso para la seguridad ambiental.”

Desde hace algún tiempo las instituciones internacionales que están relacionadas con la salud pública, la prevención y control de vectores, están recomendando de manera insistente, el uso de estrategias de control integrado de plagas de vectores en los programas de lucha anti vectorial.

Misma que ha sido asimilada y recogida en gran parte por la industria de control de plagas sobre todo en los países más desarrollados.

Los diversos sectores de la administración pública con competencia en estas cuestiones, han ido llevando de la mano a esta filosofía en la normativa de su aplicación.

No obstante, aun este enfoque o estrategia en la gestión de riesgos vectoriales, va más allá de las técnicas tradicionales.

En las últimas décadas se han aportado infinidad de definiciones, pero en pocas palabras, puede entenderse como una estrategia dirigida a mantener a la población de especies potencialmente nocivas, por debajo del umbral de tolerancia, que integra, combina y da prioridad a toda medida de gestión ambiental, minimizando el uso de biocidas.

El manejo integrado de plagas vectores (IPM/IVM), presenta características de voluntad de planificar y actuar desde la perspectiva multidisciplinaria de la gestión ambiental; reduciendo el uso de plaguicidas en aquellas circunstancias concretas en las que su uso sea imprescindible, no sustituible, por la mejora y gestión del medio.

A consecuencia de ello el Control Integrado surge por:

  1. El buen estado de su aplicación en el desarrollo y producción agrícola.

  2. La constante preocupación por los efectos de los plaguicidas sobre el hombre y medio ambiente. Debido a la presión de la sociedad civil y las administraciones públicas, para el uso responsable y proporción de los plaguicidas.

  3. La comprobación sobre el fracaso de ciertos programas de lucha anti vectorial, en particular, las basadas en el empleo de plaguicidas.

  4. La preocupación y evidencia de aparición de insectos resistentes a insecticidas.

  5. El desarrollo científico y la evolución en la industria de control de plagas.

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Puede decirse entonces, que el hombre siempre ha aplicado algunos de estos principios. Desde el momento en que empezó a habitar en cuevas y a formar núcleos de poblaciones.

Sin embargo el control integrado comienza a desarrollarse con fuerza en el contexto agrícola fitosanitario. Su éxito en ese escenario impulso su aplicación a otros sectores.

En los últimos años, el control integrado forma parte de numerosos programas en diferentes países y ámbitos. Instaurada de manera progresiva, en el cuerpo normativo-legal se regula este tipo de actividades.

Como se sabe dentro de cada plan existen beneficios entre los que se encuentran:

  • Un sistema más eficaz, aunque que el empleo de biocidas no consigue de manera recurrente los resultados satisfactorios esperados.

  • Durabilidad. En los que los programas de control integrado logran consolidarse y pueden prolongarse en el tiempo.

  • Eficiencia. Generalmente en la etapa inicial de un programa, existen ciertos costos añadidos aunque resultan a mediano y largo plazo mucho más baratos. Considerando este adicional como un punto secundario ya que tanto los problemas de salud como la imagen pública resultan incuantificables desde el punto de vista económico.

  • Reducción de la dependencia de plaguicidas. Traducidos en mejor salud laboral, menor exposición ambiental, poca contaminación química de agua-alimentos. Así como retrasa el riesgo de aparición de resistencias

  • Mayor corresponsabilidad y compromiso ambiental por el titular de la instalación. Que representa una mejor calidad en la gestión medioambiental. Además, de proporcionar una imagen institucional/empresarial favorecedora, que bien puede minimizar los riesgos por reclamación por parte de los clientes.

A pesar de ello y ante la situación de lo bien planificado, puede resultar difícil encontrar algún defecto. Por ello es importante tomar en cuenta lo siguiente:

  1. La implicación, la confianza y la colaboración del cliente en todos los niveles.

  2. Su implementación requiere de un conocimiento altamente técnico.

  3. El rigor y los procedimientos son esenciales para un trabajo adecuado.

  4. Un elemento como la monitorización, puede significar costos elevados dentro de los parámetros aceptados por el cliente.

  5. En ciertos casos se requiere de un nivel de tecnificación de los procesos para el cliente.

  6. Podría resultar en una sensación falsa de seguridad e inadecuada por las partes implicadas.

De todo ello, cabe comprender que es un sistema que implica prevenir y anticipar problemas en comparación con otros procedimientos.

Que a su vez, tienen la función de área perimetral correspondiente en el que se considera, no solo el espacio a tratar, sino del edificio en conjunto o su totalidad. Para lo cual, todas las plagas o vectores son consideradas para su tratamiento.

Llamando de esta forma al principio de proporcionalidad a aquel, que en la aplicación de los biocidas se seleccione como primer opción, aquellos que resultan más seguros para los aplicadores, el personal del hotel, los clientes y el medio ambiente interior como exterior.

Toda actividad tiene que estar registrada y respaldada para garantizar el compromiso y trazabilidad de los operativos, incidencias, revisiones, entre otros.

Cabe mencionar que el concepto de “umbral” es de especial interés en este tema, ya que en él se asumía el control total de la situación; aunque muchas veces no era posible y posterior a ello, se aceptaba cierto nivel de infestación que podía compaginarse con la salud y la economía.

Lo único que resultaba de ello era: que los artrópodos picadores o con impacto dentro de la salud pública, resultaban difíciles de aceptar en los umbrales distintos a cero.

Que en algunos casos la existencia de normas legales siempre tenía que especificar que sus niveles eran de cero.

De ahí se deriva en el contexto técnico que en la mayoría de los casos existía una gran dificultad para conseguir censos fiables de animales plaga.

La dificultad que existe para precisar con objetividad científica, resulta casi siempre un riesgo para la salud dentro de los umbrales permitidos.

Otro de los factores pero no por ello menos importante es el factor emocional-psicológico. Ya que un insecto podría significar de bajo riesgo poco nocivo, sin embargo una constante e inaceptable sensación de alarma o en todo caso de inseguridad

 

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