“La transmisión de un virus, no siempre es responsabilidad del ser humano. Algunos insectos pueden transmitir algún padecimiento y es vital evitarlo, o bien prevenir la situación ante cualquier amenaza”.
El dengue es una enfermedad trasmitida por el mosquito Aedes aegypti, el cual prolifera en muchos lugares, sobretodo en donde se almacena agua, como en hábitats expuestos y lugares que puedan ser llenados con el agua de lluvia.
En la mayoría de los casos estos mosquitos no vuelan lejos y se mantienen por lo menos a 100 metros de distancia del lugar de donde emergieron. Su alimento básicamente es la sangre humana, lo cual realizan durante horas diurnas ya sea en interiores o exteriores.
Para el manejo de los vectores, se toman en cuenta las cuestiones sociales. Que no está por demás mencionar que es todo lo relacionado con la regulación para la salud pública. Así como la promoción, planeación y toma de decisiones hechas por los encargados de diseñar políticas para las enfermedades transmitidas por los vectores, como los niveles administrativos del Sector Público correspondientes.
De igual forma, el sector salud en conjunto con otros sectores se unen con el objetivo de considerar todas las opciones para la colaboración de todos los involucrados y lograr el fortalecimiento de la comunicación. Esto para enfocar el control de enfermedades y garantizar el uso racional de los recursos disponibles, la integración de métodos de control químico y no químico de los vectores, así como otras medidas de control de enfermedades.
Con ello y la toma de decisiones, se adaptan las estrategias e intervenciones impulsadas por la investigación operativa, sujeta a seguimiento y evaluación apropiados; para el desarrollo de capacidades de una infraestructura esencial dentro de los recursos financieros y humanos a nivel nacional y local; para manejar los programas de control con base en el análisis de situación.
El control de este virus se hace principalmente con la eliminación de todos los recipientes que favorecen la oviposición y su desarrollo dentro de las etapas acuáticas. También con el uso de insecticidas o agentes de control biológico o la combinación de los mismos.
De manera histórica, los esfuerzos para controlar los vectores del dengue, tan solo en la Región de las Américas, según una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se logró en 1970 la eliminación total del Ae aegypti; aunque tiempo después, nuevas poblaciones llegaron a establecerse. Actualmente el propósito es reducir las densidades de población, mantenerlas en niveles bajos, así como reducir la longevidad de los mosquitos hembra adultos y reducir el riesgo de la transmisión del virus.
Es por ello que al tomar un método de control de vectores, se adecue a las necesidades de cada región y tomarse en cuenta: la ecología local, la conducta de las especies, los recursos disponibles, el contexto cultural, la factibilidad para su aplicación y la adecuación de dicha cobertura.
Sin embargo, no en todos los hábitats es rentable controlar el Aedes aegypti, ya que se produce en cantidades elevadas de mosquitos y solo en los que es más productivo, con limitación de recursos o por mayor importancia epidemiológica deben dirigirse estos métodos de control. Aunque debe prevenirse o minimizar la propagación de los vectores y el contacto humano tomando en cuenta 3 tipos de manejo ambiental:
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Modificación ambiental – Se refiere a las transformaciones físicas para la reducción de los habitas larvarios del vector.
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Manipulación ambiental – Es decir, a los cambios temporales de los hábitats del vector.
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Cambio en los hábitos o conducta de los seres humanos – Se entiende como las acciones para reducir el contacto humano – vector.
Cada método tendrá que ser efectivo, así como las mejoras y el mantenimiento de la infraestructura urbana, como los servicios básicos, que contribuyen a la reducción de estos habitas.
Dado que cada sector juega un papel importante dentro de la salud pública, se fortalece y dota al personal de herramientas adecuadas para el control de vectores como lo es la comunicación. Por su condición de esencial, se puede determinar el cómo y cuándo emplear los medios de comunicación como portavoces de los programas a implementar.
De esta forma, se garantiza que la información se comparta de manera precisa y útil en forma masiva, se evitan los mensajes confusos y se reducen las probabilidades de una mala interpretación o se genere sensacionalismo.
Como se ha mencionado anteriormente el control de vectores, debe ser dirigido, llevado a cabo, supervisado y evaluado para determinar de conformidad con la disponibilidad de recursos, los objetivos y estrategias de intervención; adecuarlos según las necesidades de los diferentes grupos. Sin dejar de lado que los sistemas de salud estén o no centralizados, o bien, que estén integrados a otras actividades del sector salud, contaran con la disponibilidad para cualquier nivel de responsabilidad administrativa, de acuerdo con esas responsabilidades, por todo lo que conllevan dichas actividades.
Constantemente no se realizan planes ni estrategias de comunicación mismos que dan como resultado a campañas de corto plazo por la poca atención para realizarlos. De ahí que las políticas requieran de diferentes enfoques con el fin de comprometer al público diverso objetivo. Para hacer frente a los más amplios problemas sobre esta propagación y utilizar una metodología de planificación como COMBI (Comunicación para el Impacto Conductual), que centra sus esfuerzos en la comunicación para promover y medir los cambios de conducta, aumentar el conocimiento comunitario acerca del dengue, los mosquitos vectores y sus hábitats larvarios.
Si se hiciera la investigación operativa así como la supervisión periódica del suministro de los servicios de prevención y control, la rentabilidad, eficacia y efectividad de los métodos actuales serian de gran éxito dentro de todas las áreas involucradas en el sector salud.
Mismo que se puede llevar a cabo si se trabaja de manera paulatina con los científicos sociales especialistas en el tema que puedan informar e influir en las decisiones que mejoren la salud. Esto se refiere a que el programa que se diseñe tenga un presupuesto anual, una asignación de actividades de movilización, con el propósito de integrar a los especialistas en la planificación habitual de dichos programas.
Cabe mencionar que cada comunidad se organiza de manera diferente, por lo que la interacción es variable y no hay una fórmula exacta para ello, todos los sectores deben estar conscientes en alentar al público en cooperar y aceptar las medidas a aplicar para el control de vectores.
Todo ello debe garantizar una continuidad a largo plazo que permita que tanto los modelos de educación sobre la salud, el sector encargado de las obras publicas y contrapartes municipales, el turismo y ambiente, planifiquen esquemas de desarrollo urbano en beneficio de menor riesgo del dengue, de mosquitos y otros. Siempre que se ajusten a las prácticas y políticas existentes, bajo un acuerdo mutuo que de paso a la promoción de todas sus actividades de cooperación.
Por ello es importante entender que la comunicación como eje primordial es un proceso interactivo en el que se comparte información a todos los niveles, que forma parte de las acciones colectivas. De las que debe tomarse en cuenta, las necesidades percibidas por el público, para el éxito del proceso.
También, es necesario mencionar la importancia de los servicios epidemiológicos, en los que se rastrea básicamente la presentación de casos actuales y se comparan con casos anteriores, o bien se hace una estadística semanal; que resulta más significativa en dichos términos en lugar de las comparaciones anuales totales de los casos reportados. Así mismo, los Sistemas de Información Geográfica (SIG) han facilitado la inclusión de un componente espacial que permite a través de una computadora captar, manejar, analizar y desplegar todas las formas de información geográfica y combinarlas con las preguntas que se necesitan resolver o datos que se quieran analizar determinadas en el espacio y espacio – tiempo, para identificar los factores de riesgo y mapear dichas áreas. Se ha demostrado que con el uso de SIG, se pueden especialmente planificar operaciones de control de vectores, manejar y desplegar los recursos para el control del dengue y presentar la situación en cualquier sitio.
A diferencia de las enfermedades de transmisión sexual o infecciones crónicas, las enfermedades transmitidas por vectores requieren de mayor énfasis dentro de las actividades de movilización social que están integradas en los esfuerzos de prevención y control del dengue.