“Las reacciones en la piel se aparecen de manera súbita bajo ciertas condiciones, ya sean climáticas o del lugar donde se vive. Sin embargo algunas de estas reacciones pueden ser un factor de riesgo para muchos.”
Existen diferentes especies de ácaros que ocasionan diferentes tipos de afecciones a la piel tanto de perros y gatos.
Los ácaros están en todo el mundo. Son especies diminutas que no superan los 0,5 mm de tamaño.
Las hembras tienen mayor tamaño que los machos, viven en la piel de los animales y generalmente no invaden los órganos internos.
Pasan la mayor parte de la vida sobre su hospedero y casi no tienen fases de desarrollo fuera de él.
Su ciclo de vida lo completan entre 2 a 3 semanas, dependiendo del clima en el que se desenvuelvan.
Cuando se encuentran fuera del hospedero, solo llegan a sobrevivir algunos días. Su máxima supervivencia ha sido de 1 a 2 semanas, también dependen del tipo de clima y especie de la que se trate.
Todos los ácaros son contagiosos, aunque solo se transmiten por contacto de animal a animal y no a través de vectores.
En algunos casos pueden contagiar al humano, pero no transmiten enfermedades microbianas de una mascota a los seres humanos, en la mayoría de los casos.
Las especies más importantes son:
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Demodex spp.-En el caso del perro la especie es Demodex canis y en gatos Demodex cati.
Este tipo de ácaros pasan su vida en los folículos pilosos, a la base de los pelos, donde se alimenta del sebo de las glándulas sebáceas.
Aunque puede desarrollarse en el ganado y otros mamíferos.
Su cuerpo es alargado y tienen una longitud de 0,3 mm.
Regularmente el hospedero puede pasar la infestación sin presentar algún síntoma clínico o daño a la salud.
Por razones distintas a la infección, puede debilitarse su sistema inmune, pero puede explotar con esta especie llegándose a encontrar miles de ácaros por cada cm ².
Afecta más a perros que a gatos, en especial a los de pelo corto y razas en específico como Beagle, Boxer, Dackel, Dálmata, Doberman, Dogo. Bulldog inglés, Mops Pointer, Shar Pei y Terrier.
Cuando ocurre la infección, se denomina sarna demodectica o demodeccia, ya que se distingue entre demodicosis localizada y demodicosis generalizada.
Al tratarse de la demodicosis localizada, esta, afecta a los cachorros en partes del cuerpo que rozan constantemente con el de la madre al mamar, es decir, labios (belfos), parpados y pequeñas zonas en las patas delanteras.
Esto se refiere a que no aparecen más de 5 manchas pequeñas con la caída del pelo y la escamación ocurre sin picor.
Con una buena alimentación, desparasitación correcta, mantenimiento del cachorro en buena forma, sin infecciones, puede desaparecer casi siempre de manera espontánea.
Cuando se trata de la demodicosis generalizada, hablamos de una enfermedad grave de la piel, que puede desarrollarse en cualquier edad del perro. Puede afectar cualquier parte del cuerpo con mayor o menor extensión.
Se relaciona con debilitamiento del sistema inmune. Puede continuar con infecciones bacterianas secundarias, engrosamiento y endurecimiento de la piel, aparición de espinillas grandes, pústulas, forúnculos, escamas, enrojecimiento, etc.
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Otodectes cynotis.- Se da generalmente en gatos, rara vez en perros.
Es el causante de la sarna en gatos que afecta especialmente a los cachorros. Puede atacar a animales salvajes como zorros, martas, coyotes, entre otros.
Y es una de las causas principales de la Otitis externa, es decir, la inflamación del canal auditivo externo.
Su forma es redonda y miden entre 2,5 a 5,0 mm.
Las hembras como en el caso anterior, son de mayor tamaño que los machos. Viven en el canal auditivo externo.
Estos no excavan túneles en la piel como otras especies, sino que se alimentan de queratina y exuados de la piel, a la que atacan con su saliva.
Son muy contagiosos de un animal a otro, aunque sea mínimo el contacto.
Hace que la piel se torne coriácea con formación de escamas y costras, se produce eczema que proviene de la excesiva producción de cera y otras exudaciones en la piel.
En las orejas se acumula una secreción oscura, como poso de café que al ser observada por una muestra en el microscopio, se pueden observar los ácaros.
En infecciones graves pueden provocar hemorragias locales con aparición de sangre en el oído.
Una de las complicaciones de su ataque puede ser la perforación del tímpano, ocasionar sordera, que al extenderse, puede alcanzar las meninges e incluso el cerebro.
No esta demás mencionar que las infecciones secundarias pueden aparecer por una infestación masiva.
Generalmente los síntomas, son un fuerte picor y el animal se rasca enérgicamente, que lo puede llevar a la automutilación.
Usualmente los animales que han sido afectados, reaccionan con movimientos ladeados y agitando la cabeza de manera descoordinada.
Para diagnosticarlo, debe hacerse con el otoscopio, en él, pueden verse los ácaros.
Cabe mencionar que la limpieza profunda del canal auditivo con desinfectantes, extraer las costras, la aplicación de gotas con antibióticos y el uso de acaricidas, ayudan a neutralizar las posibles infecciones microbianas secundarias.
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Notoedres cati.- Es propia de gatos.
Generalmente ataca a gatos, aunque puede afectar también a los erizos.
Este se transmite por contacto, aun cuando los animales no hayan tenido contacto. Basta con que se encontraran en el mismo lugar.
En su etapa adulta, alcanzan un tamaño entre 0,15 a 0,3 mm. Tiene una semejanza a la especie Sarcoptes y afectan a los perros, al ganado; ya sea por su morfología, su modo de vida, el daño que producen y los síntomas clínicos.
Su ataque puede comenzar por la cabeza o las orejas, extendiéndose al cuello y de ahí a todo el cuerpo.
Las hembras suelen excavar túneles en la piel en la que ponen sus huevos.
Las larvas y las ninfas, crecen en esos túneles, se alimentan de la linfa y líquidos tisulares. Por lo que la saliva y excremento, se convierten en agentes alergénicos fuertes.
La mascota puede mostrar inflamaciones locales, caída del pelo, formación de costras, en especial en la punta de las orejas. Lo que le ocasiona un fuerte picor, rascándose y lamiéndose intensamente las áreas afectadas.
Su diagnóstico se realiza mediante frotis en la piel infectada (exploración microscópica de un fragmento de tejido o secreción) e identificación de los ácaros en el microscopio.
Estos ácaros pueden afectar e infectar de manera temporal a los seres humanos aunque no completan su ciclo, pero producen el mismo picor.
Mientras haya gatos infestados en la casa lo puede transmitir a su dueño. Si se aleja a los gatos o se curan, desaparecerá la infección de los dueños en pocas semanas.
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Cheyletiella spp.- Aparece en especial en gatos, ocasionalmente en perros.
Afectan especialmente a los gatos, pero pueden hacerlo también a los perros, zorros, conejos, incluyendo al hombre.
Su tamaño es de 0,4 mm, estos no hacen túneles sobre la piel sino que viven en la superficie y se alimentan de queratina.
Generalmente causan dermatitis ligeras, en casos más severos, fuertes picores, escamación y pérdida de pelo comúnmente en el torso de la mascota.
Desarrollan lo conocido como “caspa migrante”, llamada así porque estos ácaros en movimiento transportan pequeñas escamas de piel, dando la impresión de que la caspa tiene movimiento.
Su diagnóstico se hace mediante frotis o simplemente aplicando sobre la piel un trozo de cinta adhesiva, para observarla en el microscopio.
Al igual que la especie anterior, no completa su ciclo en los humanos, pero puede contagiarlos temporalmente generando una sensación de picor en áreas como los brazos, las nalgas y tripa.
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Pneumonyssoides caninum.- Es propia de perros.
Es un parasito en la nariz de los perros y algunas otras especies carnívoras, por lo que su aparición es poco común.
Como se ha mencionado, vive en las fosas nasales, en la parte profunda de estos, aunque pueden llegar hasta el borde exterior de las narices.
No hay algún síntoma grave, pero cuando es más grave su infestación, provocan estornudos crónicos, hemorragias nasales y secreciones nasales crónicas.
Estos parásitos se pueden contagiar de un perro infectado a otro por contacto entre narices.
Su detección se lleva a cabo mediante un examen de mucosa nasal, para observar los numerosos ácaros o también a través de la rinoscopia.
Este tipo de ácaro no se puede transmitir a humanos y pueden tratarse con productos sistémicos, que actúan en la sangre.
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Sarcoptes canis.- Es propia de perros.
Es una variedad canina conocida como “el arador de la sarna”, la responsable de la sarna sarcoptica o escabiosis, en la mayor parte de los mamíferos incluyendo al hombre, el cual puede afectarlo también.
Popularmente se conoce como roña en algunos lugares.
En su tamaño adulto alcanzan los 0,15 a 0,545 mm, de forma ovoide y generalmente las hembras son las que excavan túneles en la piel en la que ponen sus huevos.
Las larvas y ninfas crecen dentro de esos túneles y se alimentan de la linfa y los líquidos tisulares. La saliva y excremento de estos son altamente alergénicos.
Cuando hay una invasión de esta especie, comienza por la cabeza y orejas, donde la piel es aparentemente más fina. Para extenderse posteriormente al resto del cuerpo.
La mayor parte de los perros, muestran inflamaciones locales, caída de pelo, fuerte escamación y formación de arrugas.
Lo que le ocasiona un gran picor, reaccionando con láminas y rascándose de manera intensa en las partes afectadas.
Cuando no se trata de inmediato al animal, este puede irse debilitando paulatinamente, pierde el apetito, adelgaza y su desarrollo puede ser fatal.
Resistencia
No hay algún informe acerca de la resistencia a los antiparasitarios.
Cabe señalar que hasta el momento no se ha presentado mayor problema para su control o en su caso, eliminación.
Sin embargo, si algún producto no surte el efecto esperado, será porque no se usó de manera adecuada, ya sea por su administración, que el producto no es el indicado para la resolución del problema o por tratarse de un producto de mala calidad. Mas no porque se tenga un problema de resistencia.
Control y prevención
Aunque no existe un método exclusivo para curar infestaciones de ácaros, cabe mencionar que no hay alguna vacuna que surta este mismo efecto, ya sea para algún animal doméstico, ganado o para el mismo ser humano.
Aunque se ha mencionado de manera incorrecta que existen vacunas contra las garrapatas, que en realidad son antiparasitarios químicos que vienen en presentaciones “spot-ons o pipetas” que sirven para cierto tipo de enfermedades microbianas y virales pero no para este tipo de parásitos externos.
Por otra parte, existen repelentes contra insectos que son para uso en humanos que contienen repelentes sintéticos por ejemplo el DEET; o naturales, como las piretrinas, aceites esenciales y extractos de plantas.
Existen algunos cuantos en menor cantidad para mascotas y en particular hay una cantidad inexistente para el ganado.
Como ya se ha dicho la transmisión de estos parásitos son por contacto directo con un animal infestado, aunque un repelente pudiera de alguna manera disuadirlo de infectarlo.
Su efecto repelente, es contra mosquitos y algunas especies de moscas. Donde su tiempo de duración es solo de algunas horas que difícilmente llegan a las 6.
Existen diferentes vías de administración de los antiparasitarios sintéticos contra los ácaros como:
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Spot-ons
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Tabletas
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Inyectables
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Champús, collares, jabones, baños, sprays, aerosoles
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Los collares antigarrapaticidas. Que en este caso no controlan los ácaros de perros y gatos.
Por ello es importante decidir cuál de estos se adecua para curar las infestaciones de estos ácaros, para tratar a todas las mascotas que viven en la misma casa.
La tarea más importante, la lleva el médico veterinario, ya que es él, quien establecerá el diagnóstico y seleccionará el tipo de producto a utilizar.
Sin dejar de mencionar que él que referirá los efectos que lleva consigo el tipo de parasito que ha adquirido la mascota en cuestión, sino se atiende de inmediato.
Es importante saber que no todos los productos contra pulgas o garrapatas tienen un efecto inmediato contra estos.
Ya que se tienen que seguir los lineamientos estipulados, ya sea por el médico veterinario o por las instrucciones que están contenidas en el producto.
En ocasiones será necesario, pelar las partes afectadas de los animales, en especial cuando se trate de aplicar productos de administración local tópica (directo sobre la piel), o bien se tenga que aplicar alguna pomada.
En todos los casos, es importante tratar todo el cuerpo del animal, aunque se vean los síntomas solo en algunas partes.
Porque los ácaros podrían estar en cualquier parte del cuerpo.
Al aplicar un antiparasitario sistémico, su efecto es casi inmediato, por lo que son los productos más confiables, por su rápida acción.
Aunque si se trata de un antiparasitario no sistémico, ya sea suministrado por pipetas, baños, aerosol, champú, etc., se debe constar que todo el cuerpo fue tratado, ya que no siempre es fácil de lograr.
Todas las marcas de los productos a utilizar en su mayoría se encuentran disponibles en los países donde se habla español, aunque las indicaciones de la etiqueta podrían variar o no de acuerdo a un país u otro.
Spot-ons
Este término es originario del idioma ingles (spot-on = manchar salpicar + encima), que se relaciona con el término “pour-on” (verter, echar + encima).
Los cuales, hacen referencia a la administración de productos de uso externo en animales, en específico el ganado.
Cuando nos referimos a los pour-on, estos son vertidos a lo largo de la línea dorsal del animal.
Mientras que los spot- ons, se aplican en uno o varios puntos, ya sean manchas, el lomo del ganado o la mascota, entre otros.
Cuando se aplica este producto, la sustancia activa se distribuye por todo el cuerpo del animal ya sea en mayor o menor cantidad, que mejore o empeore el caso, o bien que dependa de la sustancia activa, los vehículos o disolventes de la formulación, el pelaje del animal o comportamiento.
Los spot-on o pipetas contienen formulaciones liquidas de antiparasitarios listas para utilizarse, esto significa, que no es necesario diluirse en agua, o bien de algún equipo para su administración, ya que estas de suministran de manera directa de la pipeta al animal.
Estos se comercializan en ampollas pequeñitas de diferente tamaño que varían según el peso de la mascota.
Las cuales son más conocidas como “pipetas”, erróneamente catalogadas así porque son instrumentos de laboratorio que sirven para trasladar pequeñas porciones liquidas de un recipiente a otro.
Este tipo de administración, surgió hace 30 años, aunque se ha impuesto en el mercado de las mascotas a partir de mediados de los 90 del siglo pasado.
Actualmente este tipo de suministros son la forma más extendida de garrapaticidas y pulguicidas para las mascotas.
Aunque no todos lo spot-on presentan un problema de seguridad, es vital que los niños pequeños, que son los que están en mayor contacto con las mascotas, se alejen de manera temporal de ellos por algunos días, luego del tratamiento de la mascota.
En países como Estados Unidos, se han presentado casos severos de intoxicación de mascotas por el uso de este tipo de tratamientos, en especial de gatos y perros pequeños.
De acuerdo a un informe presentado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en Ingles) en el año 2010, dichos casos se han debido a spot-ons en base de permetrina, fenotrina y amitaz; los cuales no están autorizados para su uso en gatos. Pero por algún descuido o por confusión se han ocupado.
En el caso de los perros pequeños han sido por el suministro de dosis excesivas, ya sea porque el dueño de la mascota, ha comprado pipetas para uno de mayor tamaño y que en su economía los ahorra, con la intención de darle un uso de varias sesiones.
Por lo que al animal pequeño le han proporcionado más producto y al que en apariencia es más sensible en comparación de un perro más grande, que pueden reaccionar de manera negativa al tratamiento.
Otra de las causas se atribuye a los vehículos inertes de algunas formulaciones, las cuales no se han estudiado lo suficiente y que parecen no ser tan invisibles como se suponía.
Remedios naturales
No hay muchas referencias sobre algún método natural eficaz contra estos parásitos, en algunos casos pueden reducir el riesgo de que las atrape o mitigue el daño que han producido. Pero no cien por ciento confiables y su duración será solo de unas cuantas horas.
En los sitios de internet se han propuesto diversos remedios, aunque ninguno está apoyado por estudios científicos que lo avalen.
No obstante, el hacer la prueba significa económicamente hablando, de un costo bajo y de menor riesgo.
Como se ha dicho, estos remedios están basados en piretrinas, aceites esenciales o extractos de plantas como: citronela, lavándula, mamey, mandarina, masambey, nim, orégano, poleo, romero, toronjil, entre otros.
Dichos extractos o aceites, forman parte de productos comerciales ya sean biológicos o naturales en forma de pipetas, champús, lociones, sprays, etc.
La eficacia de cada uno es inferior a la de los antiparasitarios químicos sintéticos comerciales por distintas razones como: su efecto curativo, así como el de prevención o bien duración de la protección.
Además muchos de estos remedios apenas son resistentes al agua y al lavado, como a la luz solar (rayos UV), que los descomponen con mucha facilidad a diferencia de los antiparasitarios sintéticos.
Es importante señalar, que en diversos países, este tipo de productos que han sido calificados como naturales, se están sometiendo a normativas menos severas y con ello reciben el permiso de comercialización de manera inmediata, en comparación con los antiparasitarios químicos sintéticos, que pasan por una serie de exámenes exhaustivos.
Se dice que por ser un remedio natural no es peligroso, aunque el usuario tendrá la última opinión, entre decir si le es eficaz o no.
En lo que respecta al costo de este tipo de productos, la mayoría suelen ser accesibles y por lo tanto el desarrollo de estos prolifera y fructifica en gran cantidad, lo que no es, para los antiparasitarios químicos sintéticos.
Todos tenemos la necesidad de protegernos contra cualquier infección, por esta causa, es necesario atender cualquier indicación y llevar a cabo todo el proceso para mejorar y de esta manera evitar o detener la infección.