Un experimento muestra que aguantan presiones de hasta 900 veces su peso
Las cucarachas ocupan uno de los primeros puestos en la lista de bichos odiados en muchas culturas (no en todas). A parte de las manías personales, cuando se convierten en plaga las cucarachas suponen un peligro para la salud humana y, en consecuencia, se entienden los esfuerzos por exterminarlas. Pero, ¿por qué es tan difícil matar a las cucarachas?
La pregunta no es nueva y las respuestas son muy variadas. Por una parte, diversos estudios han mostrado durante los últimos años la gran resistencia de algunas especies de blatodeos (se conocen más de 4.000 especies del orden que vulgarmente denominamos cucaracha) a los productos químicos utilizados generalmente como insecticidas.
También está demostrada la habilidad de muchas de estas especies para huir de sus depredadores -incluidas las pisadas de los humanos- gracias a la variabilidad de sus rutas de escape. En 1994 y 2008, por ejemplo, la revista Current Biology publicó dos estudios consecutivos liderados por Paolo Domenici en los que se analizaban los movimientos de las cucarachas cuando se sienten amenazadas, demostrando que correr en direcciones imprevistas y aleatorias es más efectivo que llegar al escondite en línea recta.
Soportar un peso insoportable
Dos investigadores del departamento de Biología Integrativa de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.) explican esta semana otro de los motivos de la capacidad de supervivencia de las cucarachas. En un artículo publicado en la prestigiosa revista Proceedings de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Kaushik Jayarama y Robert J. Full, presentan una serie de experimentos de compresión de cucarachas (es decir, cucarachas casi aplastadas en un laboratorio) y proponen que las características físicas de estos insectos pueden ser la clave para crear nuevos robots que se adapten a todo tipo de agujeros.
La primera conclusión del experimento es suficientemente elocuente: una cucaracha puede soportar una presión equivalente a 900 veces su peso sin sufrir ningún daño corporal (algo así como que una persona de 80 kilos se quedara atrapada bajo una piedra de 72.000 kilos).
En esta nueva explicación de la resistencia de las cucarachas, los expertos de Berkeley destacan que la combinación de partes rígidas y flexibles permiten a las cucarachas doblarse y suportar grandes presiones sin sufrir daños orgánicos importantes.
Cruzando los pasillos más estrechos
Para comprobar la habilidad de estos insectos, Full y Jayarama se las idearon para que las cucarachas cruzaran un pasillo cada vez más estrecho (en altura) y con ayuda de una cámara de alta resolución analizaron sus movimientos. Como ocurre en muchos otros animales, cuando se encuentran un agujero, las cucarachas observan la entrada (en este caso, con la ayuda de las antenas) y calculan si es lo suficientemente ancha para introducir la cabeza. A continuación van arrastrándose con la ayuda de las patas y aplastando su exoesqueleto con una táctica que hasta ahora no había sido observada en detalle en ninguna otra especie.
Inspirándose en la estructura física y la estrategia de las cucarachas, Kaushik Jayarama ha diseñado un robot de 75 milímetros de altura, llamado CRAM (del inglés, Compressible Robot with Articulated Mechanisms), con un exoesqueleto flexible y patas que pueden facilitar su movilidad incluso en posición aplanada. espinosas que trabajan tanto en las posiciones comprimido y sin comprimir.
Para llevar a cabo el desarrollo de los nuevos minirobots flexibles, Kaushik Jayarama cuenta con la colaboración de un equipo especializado en robots para acciones de rescate de la Universidad de Texas A&M, en College Station (Estados Unidos). Las primeras pruebas de campo con este tipo de robots podrían llevarse a cabo esta primavera, según ha explicado el profesor Robin Murphy, de la Universidad Texas A&M, en una declaraciones recogidas por la edición online de la revista Science.
Artículo científico de referencia:
Cockroaches traverse crevices, crawl rapidly in confined spaces, and inspire a soft, legged robot. Kaushik Jayarama and Robert J. Full. PNAS, feb. 2016. doi: 10.1073/pnas.1514591113,