Crea la UNAM bioinsecticida para el combate del dengue

Un equipo de investigadores, dirigidos por la doctora Alejandra Bravo de la Parra, desarrolló un insecticida biológico de uso doméstico capaz de eliminar las larvas de los mosquitos que trasmiten el dengue…

 

El insecticida biológico se denomina MoscofinBt y se desarrolló con base en las toxinas producidas por la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt), señaló la investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

 

Refirió que el dengue es un padecimiento prioritario para la salud pública, pues los casos reportados en el país han aumentado en años recientes y no existe un medicamento para curarla. Durante los primeros seis meses de 2012, se registraron 7 mil 615 casos de dengue clásico y mil 366 de hemorrágico.

 

MoscofinBt es uno de los primeros desarrollos tecnológicos de la empresa Corporación Mexicana de Transferencia de Biotecnología, creada hace tres años con el apoyo de la incubadora Innova-UNAM y una empresa privada, con los estudios de los grupos de investigación que dirigen Alejandra Bravo y Mario Soberón.

 

La doctora explicó que ya se realizaron las pruebas que demostraron la eficacia de este producto sobre los insectos transmisores del dengue.

 

Con éstas, añadió, la Comisión n Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aprobó el certificado y “esperamos que el año que entra se lleve a cabo la primera venta del producto”.

 

INSECTICIDA. La actual tesorera de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) señaló que el Bacillus thuringiensis habita en suelos y cuerpos de agua y, en un momento de su ciclo de vida, produce cristales proteínicos con propiedades insecticidas.

 

Con este conocimiento, Bravo de la Parra y equipo colectaron muestras de suelos de diferentes partes de México para crear una colección de bacterias y estudiar las toxinas que producían.

 

“De esta colección, encontramos que algunas eran muy tóxicas para mosquitos y las seleccionamos para fabricar el insecticida”.

 

El MoscofinBt se compone de pequeñas perlas añadidas con las toxinas que producen diversas variantes de la bacteria Bt, las cuales tienen la particularidad de fabricar dos tipos de toxinas: una de las cuales (Cyt) potencia de manera natural los efectos letales de la otra (Cry). Además, a las perlas se les integró un atrayente para las larvas de los mosquitos, tomado de la industria alimentaria, por lo cual es inocuo para los humanos y otros animales, aseguró Bravo de la Parra durante su participación en la Semana de la Ciencia y la Innovación.

 

Indica que cuando la larva del mosquito se come la perla, una de las toxinas se une a sitios específicos de la membrana de sus células intestinales. “Esta unión permite que la otra toxina se inserte eficazmente en la membrana y la perfore, lo cual provoca el ingreso de agua y iones a tal grado que la hace explotar. Esto desencadena una serie de eventos: cese de la ingesta, parálisis del intestino, diarrea, parálisis total y finalmente la muerte de la larva”.

 

Las ventajas del insecticida sobre los convencionales, añadió, se caracteriza por ser específica contra sus víctimas y no afecta a otros organismos. Además no contamina el ambiente, pues las perlas están diseñadas para ser puestas en cualquier contenedor de agua sin que se disuelvan y, porque al tratarse de proteínas se degrada rápidamente.

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