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SIGILOSO Y ESCURRIDIZAS: el ratón y las hormigas.

SIGILOSO Y ESCURRIDIZAS: el ratón y las hormigas.

Biól. Miguel Monroy R.

Asesor en Manejo de Plagas

 

En hogares, oficinas, escuelas y hasta hospitales, el ratón sigiloso y las hormigas escurridizas inundan y están presentes en todo tipo de hábitats humanos.

 

ACOMPAÑANTE SIGILOSO

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El ratón, conocido comúnmente como doméstico o casero, tiene atributos que lo hacen ser indiscutiblemente un roedor que invade áreas urbanas.

 

Para poder llevar a cabo estrategias de control o eliminación de este pequeño mamífero, es importante conocer sus hábitos y biología como parte fundamental de su exterminio.

 

El tamaño del cuerpo del  ratón doméstico mide entre  5 a 7 cm.  sin cola, y tiene la facilidad de penetrar por hendiduras y orificios de un dímetro hasta de 6 milímetros, permitiéndole escabullirse por sitios prácticamente imperceptibles para las personas e incluso para expertos en control de plagas. Esta es una característica muy importante que debe considerarse cuando se trata de controlar al ratón  Mus musculus.

 

De igual manera, su desplazamiento o radio territorial es muy particular, teniendo un radio de acción en promedio de 10 metros, pero lo que se debe de saber es que, este radio no es en un  solo plano sino en representación  tridimensional, es decir, recorre los sitos de un área (casa, departamento, bodega, oficina, etc.) hacia los lados, hacia arriba y hacia abajo, de ahí que al efectuar una inspección y aplicar medidas de control debe aplicarse también  una forma tridimensional en su control.

 

Las excretas son las eyecciones de su excremento y generalmente cuando se detectan estas se piensa que hay la misma cantidad de ratones que excretas presentes, pero esto no es así, un ratón libera al día entre 150 a 200 excretas. Para poder evaluar el control de los ratones, es conveniente retirar las excretas y contabilizar las nuevas apariciones.

 

La ingesta de alimento (en promedio 3 gramos al día) del ratón en su forma ancestral estaba constituida esencialmente por granos, sin embargo, su adaptación al medio ambiente urbano le ha conferido tener una dieta muy variada consumiendo prácticamente lo mismo que el humano, como cereales, granos, alimentos suculentos como frutas y verduras, teniendo un comportamiento inquisitivo, mordisqueando varios productos alimenticios hasta encontrar aquel que le satisfaga. En relación a la ingesta de líquidos es muy baja, ingiriendo entre 3 a 9 ml. de agua al día.

 

El olfato, oído, gusto y tacto son excelentes, lo que le confiere detectar factores ambientales adversos para la sobrevivencia, por ejemplo, detectar algunos cebos raticidas o envenenados, huir al escuchar ruidos amenazadores, degustar alimentos preferenciales, detectar con sus vibrizas  espacios por donde pasar, etc.

 

Por último, cabe mencionar que presentan neofilia, esto es, tener gran curiosidad por cosas nuevas, de ahí que las trampas de captura múltiple o de cuerda sean muy efectivas como forma de control.

 

Las medidas de manejo y control de este roedor incluye el sellado de todo tipo de aberturas (mayores a 6 mm.); protección de los alimentos en envases herméticos; colocación de trampas de pegamento en sitios de tránsito o cerca de los lugares de refugio; eliminación de orina detectada, ya que esta es la principal fuente de olor social de los ratones; manejo cuidadoso y efectivo de los residuos orgánicos y el uso de cebos raticidas a base de anticoagulantes.

 

PEQUEÑAS GRANDES ESCURRIDIZAS

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En los ambientes urbanos se han indentificado varias especies de hormigas que invaden hogares y áreas de manejo de alimentos y otros sitios donde el hombre se establece, pero existe particularmente una hormiga muy peculiar llamada hormiga faraona (Monomorium pharaonis). El nombre dado a esta hormiga es porque se cree que fue una plaga del antiguo egipcio.

 

La identificación de este formicido, como otras especies, no es fácil, para ello se requiere una lupa con buen aumento o en su caso un microscopio estereoscópico de gran aumento para identificar las estructuras morfológicas de identificación.

 

La hormigas faraonas son eusociales, forman verdaderas colonias con distribución y especialización en el trabajo, con metamorfosis completa la cual presenta huevo, larva, pupa y adulto. El desarrollo de huevo hasta adulto dura en promedio 5 semanas.

 

Las hormigas obreras, que son las que se observan en los caminitos de las casas, corresponden aproximadamente al 10% de la colonia, tienen un color marrón amarillento y miden 1.5 a 2.0 mm. de tamaño y el pedicelo (cintura) tiene 2 protuberancias. Los machos miden 3.0 mm. y son de color negro. Se estima  que una colonia de hormigas faraonas puede tener hasta seis reinas por cada 100 obreras.

Se alimentan de carne, quesos, grasas, azúcar, miel y chocolate; en hospitales se alimentan de sangre, líquidos para alimentación parenteral, supuraciones de heridas y vómito, sin embargo, pueden ingerir excremento de ratones, insectos muertos, y por ende, son potencialmente transmisores mecánicos de patógenos al humano al consumir alimentos en lugares  insalubres como drenajes, sitios de recolección de basura, apósitos de heridas, etc.

 

Aparentemente parecen insectos inofensivos y que solamente llevan alimento a sus nidos, pero se ha demostrado que pueden portar enfermedades al humano como las bacterias  Salmonella, Psedomonas aeuroginosa, Staphylococcus, Streptococcus y Clostridium entre otros gérmenes.

 

Lo interesante de estos insectos, es su capacidad para colonizar nuevas áreas, dado que pueden formar nidos en la tierra o en lugares tan reducidos como una maceta. Ingresan en forma escurridiza por pequeñas grietas en el piso, muros, ventanas, puertas, tuberías de cables eléctricos, o inclusive establecerse en  reducidos espacios de estas estructuras y otro factor de éxito es el fenómeno de fragmentación (escisión) de la colonia, que consiste en que una hembra fecundada abandona el nido acompañada de un séquito de obreras, otras reinas y a veces hasta machos con las que forma una nueva colonia.

 

La migración y formación de una nueva colonia  pude deberse a factores como: colonias con alta densidad poblacional, decadencia de la colonia, falta de alimento disponible, o -el más crítico de todos- la acción irritante de los insecticidas, ocasionando la formación de varias colonias en diversos puntos de la casa, oficina o instalación.

 

Debido a su forma de vida (varios lugares para anidar y formación de colonias por fragmentación) la eliminación de esta especie es laboriosa.

 

Algunas medidas útiles de control incluyen exclusión y eliminación de refugios, eliminación de fuentes de alimentación (es conveniente eliminar alimentos dulces como jalea, azúcar, miel, pastelitos, pan y alimentos con grasas o lípidos), eliminación de nidos y aplicación de cebos hormiguicidas a base de ingredientes activos como sulfluramida, hidrametilona e  imidacloprid.

 

Un cebo casero puede elaborarse a base de 2% de ácido bórico más 98% de jarabe de maíz. No es recomendable asperjar insecticida sobre los caminos de esta hormiga (que es lo que generalmente se hace), debido a dos situaciones, primero, solamente se esta eliminando entre el 5 y el 10% de la colonia y segundo,  esto las irrita y estresa originando migración a otros sitios, con la consecuente formación de nuevas colonias.

 

Es importante considerar que si se tienen problemas con este tipo de plagas se contacte con una empresa profesional y que tenga autorización (licencia) sanitaria para realizar una inspección y proponer las mejores estrategias de control al caso, pues cada instalación, casa, edificio o planta de alimentos es diferente y, por lo tanto, las medidas de control que se aplicarán varían de acuerdo a las condiciones sanitarias y estructurales del área.

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