Fototaxis, ¿Porqué la luz atrae a los insectos?

El comportamiento de los insectos esta en gran medida determinado por las condiciones de luz presentes o ausentes. Algunos de ellos, de hábitos nocturnos necesitan de la luz de la Luna para orientarse. Estos artrópodos también aprovechan la luz de las estrellas. Por lo que se ven seriamente confundidos con luz artificial. Los insectos de hábitos diurnos se mantienen activos durante el día, declinando toda actividad en ausencia de luz solar. Otros aumentan su actividad durante el crepúsculo.

La fototaxis es la respuesta que tienen los organismos a la luz. Esta puede ser positiva o negativa, dependiendo de los hábitos. En el caso de los insectos encontramos ambos tipos. Las cucarachas para sobrevivir rehúyen a la luz por lo que son organismos lucífugos, lo que indica que presentan fototaxia negativa. Los insectos que son atraídos por la luz, como es el caso de las polillas, son considerados lucípetos, su fototaxia es positiva. Esto es fundamental para garantizar la supervivencia de especies que realizan migraciones nocturnas, ya que utilizan a la Luna no solo como referencia para orientarse, se sabe que esta afecta también la altitud del vuelo, lo que tiene como consecuencia un aprovechamiento de las corrientes de aire así como la evasión de obstáculos y depredadores.

Para entender el comportamiento de los insectos con relación a la luz, es necesario conocer las estructuras a través de las cuales ellos captan la luz, particularmente los insectos voladores, lo cuales son nuestro objeto de estudio en esta edición.

La visión en los insectos es fundamental para sobrevivir, ya sea para escapar de posibles depredadores como para procurarse alimento.

En términos generales podemos decir que la visión de los insectos esta determinada por dos tipos de receptores visuales. En algunas especies se encuentran presentes ambos.

Los Ocelos también conocidos como ojos simples, están formados por un omatidio o unidad receptora, estos pueden encontrarse solitarios o formando pequeños grupos.

Ojos Compuestos, se encuentran formados por agrupaciones de ocelos u omatidios, que dependiendo la especie pueden llegan a ser miles, como es el caso de algunos tipos de Libélulas, donde se han contabilizado hasta 30,000. Cada omatidio mira en diferentes direcciones. Están constituidos por un cristalino que concentra la luz de varias células receptoras que comparten el órgano sensible a la luz común, conocido como rabdoma. El cual se encarga de transmitir la señal al cerebro del insecto, a través del nervio óptico. Existen especies de insectos donde cada omatidio es un elemento individual con su propio eje óptico.

Se han realizado investigaciones para realizar “mapas” de los omatidios en los ojos compuestos, y al parecer se han encontrado de acuerdo al arreglo cuatro tipos de ojos compuestos.

El como se forma la imagen en el cerebro de los insectos ha sido comparado con las imágenes digitales conformadas por pixeles. Constituyéndose la imagen por un mosaico de pequeñas imágenes. Evidentemente la visión de los insectos estará delimitada por el número de ocelos que tengan.

El que un insecto tenga ojos compuestos no le ayuda precisamente a tener una mejor visión, por ejemplo si comparamos la visión de un hymenoptero con la de los seres humanos, encontraremos que la de los primeros, es 60 veces inferior a la nuestra, es decir que lo que un hombre distingue a 60 metros de distancia, el insecto lo hará a un metro.

Los ojos compuestos permiten a los insectos tener una visión periférica y es aquí donde radica su principal función.

 

En general los insectos pueden diferenciar algunos tonos de colores, siendo incapaces de discriminar colores puros de otros que son producto de combinaciones. Captan con facilidad longitudes de onda cercanas a los rayos ultravioleta. Lo anterior se debe a que cuentan con dos receptores pigmentarios, uno de ellos absorbe el azul y el ultravioleta mientras que el otro el amarillo y el verde. Existen insectos que presentan tres receptores pigmentarios, lo que les permite ampliar el rango de recepción desde el ultravioleta hasta el amarillo-rojo, ya que pueden captar el ultravioleta, el azul-violeta y el amarillo-verd-rojo. Pero en ambos casos no pueden distinguir el rojo. Entre los insectos que presentan tres receptores se encuentran abejas, abejorros y libélulas. Las polillas se ven atraídas principalmente por lus azul-violeta y amarilla.

Hasta ahora el fósil más antiguo de un insecto ha sido datado con 20 millones de años, han evolucionado a través de millones de años teniendo como fuentes de luz al Sol y la Luna. El uso de luz artificial es muy reciente, por lo que aun no se sabe que existan especies con adaptaciones a esta condición artificial, la cual se convierte en una trampa mortal para los lucípetos como las polillas. Las fuentes de luz lejanas llegan por igual a los ojos e los insectos, y este sería el caso de la luz lunar, mas sin en cambio por su corta distancia en comparación con la anterior, .la luz artificial emitida por un foco solo tiene incidencia en uno de los ojos del insecto, esto provocara cambios en el patrón de vuelo. Cuando hay incidencia en ambos ojos el vuelo es recto, pero si es mayor en un ojo, el ala de ese lado tendera a moverse mas rápido, provocando que el insecto vuele en círculos y espirales.

El conocer datos como los anteriores han permitido a los desarrolladores de métodos de control de plagas eficientar sus modelos. Si se trata de trampas de luz, resultaran mas llamativas las que tengan luces de color azul-violeta, por la mejor captación a esta que las de color rojo, por las cuales no abra atracción de los insectos.

 

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